Cuando Natal vio la luz pública por primera vez, el planeta entero se sacudió. Cientos de miles de artículos de opinión departían sobre sus posibilidades y el futuro hacia el que se dirigía una industria que ha visto en el movimiento físico un nuevo reclamo casi irresistible. Con la patente que acaba de registrar Microsoft no creo que ocurra lo mismo, pero sí que resulta significativo que el gigante de Redmond esté enfocando parte de sus energías en investigar sobre nuevas maneras de interactuar con los juegos y con el software en general.
Lo que vais a ver a continuación es una interfaz que hace uso de la electromiografía (EMG), es decir, de la medición de la actividad eléctrica de nuestros músculos, para enviar datos al sistema de forma que podríamos estar perfectamente jugando a algo mientras sujetamos una lata de cerveza en la mano. Por suerte en este caso los electrodos no tienen forma de aguja —lo cual situaría los videojuegos cerca de la heroína, aún más—, si no que son pequeños adhesivos con los que, tal como veréis en el vídeo, jugar a Guitar Hero nunca será tan barato.
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